martes, 28 de junio de 2011

Gracias Mr.Thomas por tanta dignidad

De a poco, estamos tratando de interiorizarnos un poco más de las noticias locales. Más allá de que no dejamos de leer que pasa o deja de pasar en Argentina, estamos haciendo un esfuerzo por entender un poco mejor qué pasa acá. Con el fin de entender mejor porqué las cosas son como son.

Para empezar, recibimos el Heathrow Villager. El mismo se autoproclama como "el único diario independiente, gratuito, de Heathrow". Cada quince días, lo dejan en casa como si fuera una carta más. Es tremendo, tiene todos los condimentos de los típicos diarios de pueblo del interior argento. Nada que envidiarle a La Voz de Vedia, o La Razón de Chivilcoy, salvo quizás que cuando mencionan a algún político local o comisario por un operativo de seguridad, no ponen su foto sentado en su despacho, teléfono en mano, cómo si estuviera hablando con Batman. 

Pero este condimento faltante lo compensa holgadamente con la frescura e inocencia de las noticias policiales. Las últimas dos ediciones, el principal titular de tapa fue para sendos robos en la via pública. En ambos casos, fue noticia que se afanaron un celular, primero un Iphone 4, y esta semana el objeto sustraido fue un smartphone LG Samsung Negro y Plateado (acá la pifiaron con el modelo, pero bueno, los periodistas sensacionalistas hacen cualquier cosa con tal de llamar la atención). Increiblemente, hay detectives trabajando en el caso, y publican un teléfono por si alguien vio algo. También está la descripción de los delincuentes, parece que uno era algo asi como "1.75 de altura, contextura mediam, afeitado, gorra de beisbol negra con inscripciones en blanco, musculosa negra, pantalones negros, y zapatillas negras". Al final, mucho Scotland Yard, mucho MI-5, pero leyendo estas cosas, creo que algunos tendrían que dar gracias por no haber nacido en José C.Paz

Otro diario que estoy leyendo es el Telegraph. Porque me pareció menos sensacionalista que el resto, que abusan de grandes titulares con noticias de la farándula principalmente. Supongo que es porque vende, aunque la verdad es que no me tienta mucho saber que le pasa a los ex-BigBrother de turno, o a la versión británica de Matias Alé.

Hace un tiempo había leido que la unión de trabajadores del Underground había amenazado con una serie de paros y huelgas, en reclamo por los despidos de trabajadores activistas. Una segunda lectura me permitió enterarme de que el origen del problema es que despidieron a Mr.Thomas, un conductor de la línea Northern, por "lenguaje abusivo para con sus colegas". Y la Union reclama que en realidad se fue en represalia por su larga trayectoria de activista sindical. El caso se presentó en la justicia, que puede fallar a favor del chofer, y ordenar a la empresa que lo reincorpore a su puesto de trabajo.


Pero por las dudas, como se corrió el rumor de que la empresa iba a desconocer el fallo en caso de que sea adverso, los compañeros lanzan la serie de medidas. Escaladas, arrancando con un paro de 6 horas, y subiendo el tono hasta un devastador paro de 24 horas, en día de semana !


El único que se llegó a realizar fue el primero, y por las dudas, para que nadie se quede varado, pusieron carteles avisando con tiempo, porque la idea es no joder a la gente. Eso es lo bueno de que sean tan organizados, hasta para las huelgas tienen tiempo de planificar el plan de contigencia.

Igual, convengamos que un paro que arranca a las 21 de un domingo, y se extiende hasta las 3 de la mañana, en una país dónde la gente cena a las 18, y a las 20 está en el sobre, suena un poco blando como medida coercitiva.

Y el final de la historia es todavía más curioso. Mr.Thomas ganó el juicio, pero el fallo reconoce que el causal de despido fue "el uso de lenguaje abusivo" y no su militancia sindical, y está bien que sea asi. Con lo que la empresa lo reincorpora, pero con otra función, y algunas condiciones, como que reconozca la seriedad de su ofensa. El gremio cancela las huelgas, la gente viaja en Underground, y todos pueden ir a Wimbledon a ver si el crédito local, Andy Murray, puede ser el primer británico "profeta en su tierra"  (entre comillas adrede, porque es escocés) desde Fred Perry.

No se, me pregunto que pensarían los compañeros de la Unión Ferroviaria de esta historia, y de sus colegas de la RMT.

sábado, 25 de junio de 2011

De soles y nubes de lluvia

En materia de deportes, acá se está hablando poco de la debacle de River, y mucho de Wimbledon, probablemente el más prestigioso de los Grand Slam de tenis.

Torneo que casi siempre se ve como algo ajeno en Argentina. Por varios motivos, empezando porque se juega en una burda potencia colonial en decadencia, algo que nunca favoreció a los deportistas argentos, acostumbrados a desenvolverse en culturas abiertas, pujantes y democráticas. También les debe afectar ver cómo el cesped es utilizado para fines lúdicos, y no como su función natural, la de alimentar a las vacas que gracias a la patria chacarera, la que labura, no la oligarca terrateniente que explota sus estancias con emprendimientos turísticos o fábricas metalmecánicas, se traduce en carne y pan para la mesa de todos los argentinos. Se puede conjeturar que deben sufrir bastante en los vestuarios para lavarse las manos, ante esa angustiante tarea de lograr agua tibia.

Aviones anarquistas envian mensajes
subliminales a los habitantes de Staines.
Es eso, o nos están  fumigando con
Chemtrails
Pero una de las quejas más constantes, además del hecho de que siempre les va mal a los tenistas argentinos, es el tema de que los partidos se detienen en cualquier momento por lluvia. Justo es decir que el clima de Londres es, siendo objetivo y benevolente,ciclotímico. Siendo un poco más subjetivo y directo, podemos tildarlo de histérico y bipolar , sin sonar exagerados. Con ribetes de Gata Flora.

Es tremendo cómo pasa de sol a lluvia a sol de vuelta, en un rato. Una hora o menos también. Podemos arrancar el día con cielos totalmente despejados cómo hoy a la mañana (ver foto), y no zafar del día de lluvia. En el día a día molesta un poco, pero no afecta mucho. En cambio, cuándo andamos por el centro, las cosas no son tan sencillas. 

El fin de semana pasado anduvimos de paseo los dos días, y fue bastante curioso como el clima nos  marcó el recorrido. Arrancamos en St.Pancras, dónde llega el Eurostar, que traía a Juanma y su grupete desde Paris. Llegaron con sol, y día despejado.

Cuándo se bajaron del tren, fuimos primero a la feria punk de Camden Town, que no estaba lejos. Llegando nos agarró la lluvia, que amagó con ser pasajera, y después se volvió densa. Igual fue corta, nos dejó recorrer tranquilos el lugar. Cuándo estabamos pensando el próximo destino, ya teníamos sol de nuevo, aunque con cielo parcialmente cubierto.

Para tener un Plan B si nos volvía a caer encima la lluvia, decidimos ir al British Musem. Porque es una visita obligada de la ciudad, y además la entrada es gratis. Es popular el comentario sobre el contenido del museo británico, porque tienen cosas "afanadas" de todos los rincones del mundo, y de todas las épocas. Pero no es tan vox pópuli que no te cobran nada por entrar y recorrerlo. Y tampoco es una costumbre muy común en Europa, donde en otros museos con colecciones grandes y de dudoso origen, si te cobran entrada

La idea salió redonda, porque despueś de comprar unos sandwichs en un M&S para almorzar al paso, tuvimos que correr y cambiar el lugar del almuerzo, porque se largó con todo. El banco de plaza donde estabamos comiendo estaba bajo unos árboles que agüantaron 5 minutos, y después la comida al paso se volvió pasada por agua. Asi que demoramos un poco más de lo previsto en llegar al museo.

A eso de las 16, tras un rato entre momias, estatuas y frisos del partenón, estabamos retomando camino para Notting Hill, por Underground, de nuevo sin lluvia y con cielo despejado. Anduvimos paseando por el Portobelo Market, disfrutando del sol y un día agradable. "Con un día lindo, aprovechemos para ir al Hyde Park, que les va a gustar". Otro Underground hasta Marble Arch, y no pudimos salir porque diluviaba. Cansados, un poco enculados por la frustración, y con una vuelta obligada a St.Pancras para que los chicos busquen las valijas, caminamos (no cantamos) un poco bajo la lluvia por Oxford Circus y emprendimos el retorno.

El domingo, cuándo conocimos a K.I.T.T. y al General Lee, también nos sorprendió la lluvia. Por suerte, en Trafalgar Square está la National Gallery, asi que aplicamos el mismo truco de museo-gratarola-salva-día-lluvioso-de-paseo-por-poca-plata. Y salvamos el día viendo pinturas.

Asi que podemos dar fe de que los parates por lluvia en el All-England Lawn Tennis & Croquet Club son posta, y que no son un intento desesperado de cortarle las piernas y las cuerdas de la raqueta a Juán Martín, tenista que algunos especialistas han vaticinado llegará al número 1 del mundo. Algo que puede darse antes de lo esperado, ya que si gana,  en la próxima ronda le toca jugar con Rafa Nadal.

Literalmente, llegó hasta el número 1 del mundo.

martes, 21 de junio de 2011

Dossier de Hockeysub

Luego de aquel quirúrgico tejazo que alejó temporalmente a Diana de los deportes subacuáticos, se dieron varios acontecimientos que afectaron nuestra agenda de hockeysub londinense.

El primero fue de calendario, ya que quedaba medio trunca la idea de ir dos veces por semana, para jugar y también hacer un poco de sociales con la gente del club. Asi que del esfuerzo por fijar miércoles y domingo, pasamos a decisiones día a día, agregando la opción de otras piletas y horarios. Diana se tuvo que agüantar el cambiar jugar en la pileta por jugar con Franco, asi que el chanchis fue el mayor beneficiado de la situación.

Dos días después de ese eterno miércoles, llega un mail medio general por el tema de las Finales Nacionales. Parece que el equipo anduvo bastante por abajo del nivel esperado, y clasificaron con lo justo, asi que el tono era de cagada a pedos, y el mensaje era "pongamonos las pilas que hay tiempo de corregir el rumbo". Cerraba con un "para las finales, tenemos 15 jugadores disponibles, de los cuales voy a elegir 12". Para mi sorpresa, mi nombre estaba entre los 15 seleccionables. Un segundo mail me aclaraba que me contaba por las dudas, que tenía que chequear si era "elegible" por las reglas de la BOA (la federación local), que cualquier cosa si no podía o no quería, que le avisara.

Asi que bueno, con un poco de presión y responsabilidad de hacerme cargo de tanto halagos, más la pata que me hizo Diana con el "qué bueno que te cuenten, ojalá puedas jugar y ganen", me puse las pilas a ver hasta dónde se puede llegar, que el campeonato no está lejos.

Casi todos los jugadores del club tienen buena técnica y táctica individual. No descollan, pero pueden dominar el tejo, levantar la cabeza y hacer un buen pase. La mayor virtud es, no obstante, que son muy duros para perder el tejo: no lo regalan al toque, sino que dan pelea y si ganan, siguen abajo, avanzando. A veces esto también atenta contra la dinámica del juego, ya que juegan con pocos pases, casi sin margen para sorprender con rotaciones rápidas, que requieren arriesgarse a que el compañero no esté en su lugar. Aunque la ubicación en general es buena, es raro ver gente perdida o estorbando durante el juego. En algunas situaciones a veces tardan en reacomodarse después de una cinta, pero no mucho más de lo normal.

Con respecto a la estrategia de juego, no hacen nada raro. Juegan la formación más tradicional y comunacha del hockey subacuático: 1 fullback, 2 halfbacks, 1 centro y 2 delanteros. Ambas líneas en 'V', tratando de armar juego estirado a lo largo, y compacto a lo ancho, lo habitual de equipos que buscan progresar por las paredes. La apertura se da con la línea de backs, casi nunca con los forwards, y pese a ello, lo normal es que la línea de atrás empuje y presione, no que busque abrir la cancha.

Si, pareciera que estoy hablando de un equipo de rugby. Pero acá es la filosofía suprema, si hasta juegan al fútbol de esa manera, poca chance de innovar le podía quedar al hockeysub. Personalmente prefiero otros esquemas, pero bueno, es lo que toca. "Lo malo de los celtas es que su estrategia no está a la altura de sus tácticas", dijo Julio Cesar respecto de los habitantes de la isla de Britannia en una de sus campañas (según el libro que estoy leyendo, London I, de Rutherfurd). Más de 2000 años después, la cita parece tener plena vigencia en lo que hace referencia a hockeysub. Asi y todo, hay que respetarlas, porque el equipo quedó segundo el año pasado, y hay aspiraciones de campeonato 2011, a pesar de la discreta qualy.

Para sumar horas de hockey y conocer mejor al resto del equipo, fui a jugar a Putney, una pileta donde hay actividad martes y jueves. La pileta del Leisure Centre es parecida a la de Splash, pero bien hecha, con materiales buenos y dimensiones un poco más generosas. Los martes juegan dos horas en la parte de 4 metros, y los jueves una hora en la parte más baja. Los locales son todos veteranos que juegan para hinchar las pelotas e ir después de la pile a tomar algo al pub. Algunos los tenía vistos en Gurnell, pero no al que organizaba. Que cómo buen viejo zorro me dio la bienvenida, me preguntó de que jugaba, y de reojo inspeccionó el equipo. "Bueno, vos es la primera vez que jugás ? si claro, cómo no, con esas aletas debés jugar hace rato". Los presentes que ya me conocían (también había varios del club) se rieron con el comentario.

Ayer fuimos a jugar a Reading, porque había un amistoso pactado. La pileta me hizo acordar a la del gimnasio Nº 1 de Mendoza por el piso, aunque un poco más profunda (1.50 a 1.80). La iluminación era medio chota, y la visibilidad no era gran cosa, con lo que no era un gran escenario para hacer jogo bonito. El club rival estaba integrado en su mayoría por viejas glorias del hockeysub inglés del siglo pasado, gente grande por físico y por edad. Qué juegan duro, y no pueden hacer mucho más que eso. Sirvió para terminar de conocer al resto del equipo, aunque fue una decepción enterarme de que los contrarios también estaban en la zona campeonato, incluso un escalón arriba nuestro en el ranking. Tuve que preguntarles varias veces si no me estaban jodiendo, pero parece que no. Con razón la cagada a pedos por mail.

También sirvió para ir ajustando las tuercas a la posición, ya que no voy a jugar de centro, sino de ala. Cómo los forwards no juegan en línea, tengo que variar un poco la ubicación y sobre todo hacer más fuerza en la pared para agüantar y romper las cargas, ya que este esquema requiere más esfuerzo y sacrificio adelante. 

Ya me confirmaron que estoy en el equipo, y ahora veremos si puedo hacer diferencias arriba. El resto de los  compañeros incluyen a 6 miembros de alguno de los actuales equipos nacionales del Reino Unido (uno de Elite hombres, dos de Elite mujeres, dos de Master hombres y uno de sub-23 hombres), al cacique, a otros dos grandotes que hacen bastante fuerza, al mejor jugador noruego de hockeysub (es engañoso el  título, debe ser el único también) y a uno de los 3 mejores jugadores polacos de hockeysub (es engañoso el título, también debe ser el único, pero como es más modesto, abre el paraguas).

La cita es en Sheffield, dónde se realizó el mundial del 2006. Es profunda, 3 metros, y va a ser un desafio interesante la adaptación, ya que no hay casi previa, el sábado a las 9 AM arrancan los partidos y el domingo a las 18 hay campeón definido.

Será cuestión de ponerse las pilas.

domingo, 19 de junio de 2011

Jump in my car

Tenemos la visita de Juanma, asi que este fin de semana estuvimos paseando bastante por el centro de Londres.

En una pasada por Trafalgar Square, nos encontramos con un festival de música, el West Live End, con artistas ignotos y de segunda mano, pero con la plaza llena de gente. Supongo que es lo que se puede esperar de un evento musical patrocinado por el alcalde.

En un costado, había una muestra de autos estacionados, y ahi nos encontramos con que el gran David no vino al Reino Unido solo, sino que lo hizo con uno de sus más entrañables compañeros.

Estaba estacionado, regulando bajito, y cada tanto decía alguna boludez. Dificil no emocionarse ante semejante prodigio de tecnología ochentoso, hasta a Franco le llamó la atención el interior.




Las palabras están de más. Dificil no saltar a semejante máquina !

jueves, 16 de junio de 2011

La saga NHS (VIII) - Bonus Track

Ahi estabamos, parados en la puerta de A&E (Accidents and Emergencies) del Hospital de Ealing, un rato antes de las 3 de la mañana, esperando un taxi que para no desentonar, se estaba demorando más de los 10 minutos prometidos.

Con un poco de frio, con bastante bronca, cuando de repente empezaron a sonar dos chicharras. El típico sonido del timbre del recreo escolar, alternando el origen desde dos lugares distintos, y también con cadencia marcada, primero uno, después el otro.

Nos preguntamos si será la alarma de incendios. Nos contestamos que ojalá que si, y no vemos con malos ojos un titular de tragedia estilo Crónica, una placa roja que diga algo como "mueren muchas personas y un enfermero gordo mala onda".

Pero la alarma suena unos 3 o 4 minutos, y no sale nadie por la puerta. Si fuera un incendio, ya debería haber empezado a evacuar la gente, por lo menos la que estaba en la sala de espera. Y el timbre sigue sonando.

De repente, se siente un murmullo en la sala, golpes de algunas puertas, y un pelotón de 4 osos de seguridad viene avanzando, arrastrando al negro "que no tenía nada" en el medio, en cuero el tipo y con un patova en cada extremidad. Es bravo el chango, al punto que obliga cada tanto a que la tropa pare, retroceda un par de pasos, se reacomoden para aplicar mejor la fuerza, y sigan su camino. Y los de seguridad son bastante grandotes, asi que hay que darle mérito.

El negro sale gritando "no me voy nada! no me voy nada!", pero lamentablemente para él, no pasa de una expresión de deseo. No solo lo obligan a irse por la puerta, sino que también lo llevan por todo el estacionamiento hasta la calle. 

Junto al grupo de patovicas va un mini-security, con el mismo uniforme pero un porte mucho menor, que oficia de valet y le lleva las pertenencias al expulsado, prolijamente enrolladas.

En un momento parece que lo van a meter en un auto, después parece que se confundieron  y no era ahi dónde lo tenían que dejar, asi que cambian de opinión y finalmente creemos que se lo llevaron en una camioneta.

No voy a mentir, fue como cuando a Scrooge lo visita el fantasma de la navidad futura (asumo el riesgo de no haber leido el libro, solo sus múltiples recreaciones, y puede que sea una falacia lo que estoy escribiendo). Si nos hubieran dado 10 minutos más, quien sabe si no seríamos nosotros a los que estarían sacandoo a los gritos.

Justo llegaba nuestro taxi, asi que nos subimos rápido y le dimos la dirección de casa. Al taxista le sorprendió la escena, nos preguntaba como venía la mano, y como buen chusma amagó a parar en la esquina para ver que hacían con el negro.

Le cortamos el mambo, con la peor onda posible, para que entienda el mensaje de que queríamos irnos a casa de una buena vez. Cómo buen tachero chusma, trató de recomponer la relación y empezó a preguntar que nos había pasado, qué era el hockeysub, etc. Y también empezó a contarnos que él nadaba en otro lado, en una pileta en...

Tuvimos un momento de lucidez entre tanto desgaste, nos acordamos del mozo colombiano de Pizza Metro, le dijimos un muy políticamente correcto "qué interesante", y nos hicimos los dormidos hasta Staines.

miércoles, 15 de junio de 2011

Richmond, South Kensigton & Regent's Park

El pronóstico para el sábado pasado no era alentador, ya que venía alineado con el frio y la lluvia que predominó la última semana. La misma se caracterizó por clima inestable, muy cambiante, alternando lluvias, cielo cubierto y despejado en un par de horas. Pero como estabamos con ganas de pasear un poco, arrancamos para el centro de Londres, con la idea de recorrer algún museo si el día se apestaba.

Cómo nos gusta caminar, pero respetamos un poco las distancias de la ciudad desde el día que anduvimos por Notting Hill, esta vez sacamos el ticket de tren que incluye la Travelcard para el Underground. La tarifa del subte es cara si uno compra un boleto solo, pero baja bastante en proporción si se compra ida y vuelta, o más si se compra "tarifa plana". A esto es a lo que se llama Travelcard, que consiste en un boleto válido por todo el día, para una persona, para todos los viajes que haga. Influye también las distancias a recorrer, según en que zonas uno suba o baje.

Con el ticket de tren, es posible comprar también la Travelcard, a un precio menor. Es decir por 12 libras teníamos además del pasaje de ida y vuelta a Londres, traslados ilimitados en subte,

El día no estaba tan fulero cuando ibamos llegando a Richmond, asi que decidimos bajarnos del tren, y recorrer un poco la zona, pensando en entrar al centro en Underground en vez del tren que llega a Waterloo.

con Franco en Richmond
Ibamos con ganas de pasear un poco por Richmond Park, un gran espacio verde, cuyo palacio supo ser morada real en algún momento de la larga historia británica, y donde se pueden encontrar ciervos, conejos, ardillas, etc. Pero dado el tamaño del parque, y lo inestable del día, optamos por caminar un poco por el centro, llegar a la ribera del Thames, y seguir viaje para el centro.


Tomamos la District line, más conocida como la línea verde, ya que el "tube" identifica cada línea con un color, además del nombre. Lo raro de este tramo era que el tren no iba bajo tierra, asi que fue un poco mentiroso decir que ibamos en el "underground". Y nos bajamos en South Kensington, a metros del Natural History Musem y del Victoria and Albert Musem.

Salimos de la estación con un sol radiante, y cielo despejado, justo para sentir el ruido de unos aviones volar a baja altura. Primero vimos 4 en formación diamante, dos de los cuales eran C130 creo. Después pasaron otros 4 que parecían Mirage, aunque un poco de sentido común hace pensar que eran Eurofighter. Cerraron el show 7 aviones volando en 'V', que eran los Red Arrows de la RAF, el escuadrón de acrobacias, que dejaban estelas con los colores de la bandera británica.

Más tarde, en casa, nos enteraríamos que todo el revuelo era por el festejo del cumpleaños de la reina. El oficial se celebra siempre un sábado de Junio, independientemente de qué día haya nacido el soberano (Elizabeth II, la  reina actual nació el 21 de Abril). Es una tradición centenaria que comenzó Eduardo VII, que cumplía años en Noviembre, durante el otoño. Como buen escorpiano jodido, se le ocurrió que era mejor festejar su cumple en verano, o en una época más cálida, para que sus súbditos pudieran celebrar por las calles con más ánimo y menos frio. Y ahora es tradición.

Comestibles en Harrod's
Caminamos por Brompton Rd, con las imponentes fachadas de los museos a nuestra izquierda, y llegamos a Harrod's. Tienda del estilo "gran almacén", muy tradicional, y dónde se pueden encontrar marcas "de buenas para arriba", pasando holgadamente a lujosas. Por ejemplos celulares Tag Heuer a 7500£ cada uno. También se pueden comprar cosas más accesibles, incluyendo un área de comida al paso muy bien presentada y concurrida, en su mayoría por turistas sacando fotos, cómo nosotros.

No nos tentamos con nada, porque ya habíamos almorzado a la pasada en Richmond unos sandwichs más modestos, comprados en Tesco, y porque por ahora tampoco necesitamos más celulares. Asi que bajamos al Underground de la línea azul, en Knightsbride y encaramos para Regent's Park, otro gran espacio verde londinense que queríamos conocer.

Tiro de Galletita al Pato,
por Franco
Por estar al norte, siempre nos quedaba a contramano de los paseos, pero nos impresionó mucho, y muy bien. No es tan grande como el Hyde Park, pero se nota mucho más cuidado y decorado. Había más gente en onda picnic, y menos con la onda actividad al aire libre, asi que pudimos caminar despacio sin preocuparnos por que nos esquiven patinadores en rollers, longboards, bicicletas, etc. También tiene un lago, dónde Franco practicó tiro de galletita al pato, y en la zona norte alberga al London Zoo.

237 - 221b - 241
Uno de sus accesos da a Baker Street, y pasamos por la puerta del museo sobre uno de los personajes de ficción más legendarios de Londres. Sherlock Holmes, el maestro de la observación y el prejuicio, moraba en el 221B de Baker Street, dirección que originalmente solo existía en la ficción. Hasta que se la asignaron al museo, cuya ubicación está entre el 237 y el 241. Nos tentamos de entrar, pero decidimos pasar de largo.

Primero porque el personaje bajó varios puntos de apreciación cuando leí algunos de sus libros, que probaron una vez más que muchas de las cosas leidas sobre el tema eran escritas por gente que tocaba muy de oido.

Y segundo, porque en la cola para sacar la entrada, vi un japonés que compraba 300 millones de boludeces, y volvía a buscar más, mientras la madre esperaba en la caja. Dificil que el nipón sepa algo más del personaje que lo que pudo haber aprendido en la última película, asi que entendí cuál era el público al que estaba dirigido el emprendimiento, que no era yo.

Tomamos el último Underground en Baker Street, la línea marrón hasta London Waterloo, dónde subimos al tren que volvía a Staines.

martes, 14 de junio de 2011

Curiosidades sanitarias

Este post viene demorado hace rato, porque no encontraba una buena foto que me ahorrara mil palabras, y varias más también.

El primer día de laburo, hablando con el team leader del módulo al que me asignaron, se dio la conversación de cosas raras que uno ve en el Reino Unido. Claro, él es polaco, asi que también entendía mi confusión/sorpresa con algunas cosas.

Me contó que su mayor shock había sido con el lavatorio, porque habitualmente tienen 2 canillas, una para el agua fria y otra para el agua caliente.

Insistió y repreguntó cuando le dije que en Argentina también usabamos dos canillas. No quedó convencido, y me volvió a explicar cómo era la cosa.

Claro, yo había entendido mal. Por dos canillas se refería a esto:


domingo, 12 de junio de 2011

La saga NHS (VII) - Algo es algo, peor es nada

Mirabamos, ya sin sorpresa, la situación que se repetía, y nos empezaba a parecer normal.

En un momento, a Diana se le escapa un lamento de porque no llamamos a Visa, por el seguro médico de viajero. Antes de salir, ella hizo el trámite por las dudas, más que nada por cualquier emergencia que pudiera pasar con Franco. La cobertura es por un mes, que todavía no se cumplió. Quiero llamar por teléfono, y mientras marco me voy saboreando la cara del doctor-capitán-chino cuando le diga que nos vamos a la mierda porque en otro lado encontramos gente menos ineficiente que él y su tripulación.

Pero todavía no habilité el celular para hacer llamadas internacionales, asi que no puedo llamar al número destino, que empieza con +5411. Puteo, maldigo, no en voz baja, aunque en castellano. No creo que haga diferencia, eso se entiende en cualquier idioma.

Hace su entrada a la sala el gordo MalaOnda, con un par de bandejas de delivery de McDonald's. Parece que el gordo encontró alguien que lo reemplace para hincar el diente, aunque también puede ser que haya dejado colgada la sala de espera repleta de gente. Viene con cara de fastidio, se sienta en una silla del puente de mando, y empieza a hacerle coros a los lamentos del doctor-capitán-de-velero-chino. Al "qué noche de locos, por Dios" del capitan se suma un "cómo nos cagan" del marinero.

Es mucho, demasiado ya. Empiezo a comentarle a Diana mis impresiones. Volumen "crescendo", en perfecto castellano. Sin repetir y sin soplar, todas las variantes que se me pueden ocurrir para expresar que creo que esta gente tiene una inteligencia por debajo de la media, incluso por debajo de uno y hasta dos desvios standard. Y que su capacidad de organización y eficiencia para el diagnóstico y tratamiento médico es inversamente proporcional a la capacidad de pago de Osias el osito, el que se compró un bazar completo de la calle Chacabuco.

El viejo que sufre de soledad larga un olor a meo importante, y sigue queriendo dormir. El motoquero sigue viniendo a cada rato a pedir disculpas y a buscar agua para su cowboy amigo. El enfermero MalaOnda sigue con las investigaciones de SuperSizeMe. Diana me mira, y me responde que quizás prender fuego todo no sea una idea tan buena cómo yo estoy pensando y expresando. Por lo menos por ahora.

De reojo, noto que el doctor-capitán-de-laser-chino está hablando con su coequiper, parados en el lugar más alejado del puente de comando, en voz baja. Y cada tanto, levantan la mirada, me observan, y siguen hablando.

Puede ser que los esté incomodando un poco. Si es así, me alegro, llevamos 5 horas y pico de incomodidad, la nariz de Diana sigue sangrando y no hay señas de cambios a corto plazo. Tan cansados y pasados de rosca que ni siquiera nos tomaríamoss la molestia de agregar hyperlinks a esta altura de la historia.

Pasan unos minutos más, y aparece un doctor nuevo, que llama a Diana. Nos lleva por una puerta a otra sala, de ahi a otro consultorio, mientras nos pide disculpas por la demora, que están con una noche muy movida.

Deja vu, creo que se le dice a estas cosas.

Entramos al consultorio y antes de cerrar la puerta, lo llaman del puente, el doctor-grumete-chino y la coequiper. Temo por la salud de ambos si llegan a patear el turno de vuelta para ver a otro hipocondríaco que tiene miedo que el cielo le caiga sobre su cabeza.

Hablan un par de minutos, y nos mandan al pediatra que escribe cartas para los GP. Repite las preguntas, le mira la nariz a Diana, y agrega un par de innovadores procedimientos que consisten en mirarle las fosas nasales con el típico aparato de pediatra.

Nos confirma que la nariz parece estar bien, al menos lo referente a la parte respiratoria. Qué la hinchazón puede significar quiebre, pero que en el hospital no suelen hacer rayos X por el tema, asi que van a proceder a pegar la herida, y que después el GP lo vea y decida. Le retrucamos que el gordo boludo colega suyo que nos atendió hace 3 horas nos dijo otra cosa, que si agüantamos hasta acá es para irnos con un problema menos, no con 2 más. Nos contesta que su colega evidentemente se equivocó, porque no es ese el tratamiento, pero que nos puede hacer una nota especial para el GP por el tema.

Pero ya lo vimos hacer el truco de magia dos veces, la ilusión ya no nos sorprende. Que peguen la nariz, que nos den el papel, y ya que está, que lo inviten a su colega a jugar hockeysub algún día, dónde lo vamos a estar esperando para romperle la nariz, algún dedo, que trague un poco de agua y de yapa, que largue algunos bifes.

Nos dice con una sonrisa que con lo gordo que está, no cree que el pobre se pueda hundir. Le garantizamos que va a poder, y que lo vamos a ayudar si hace falta.

Salimos del hospital, llamamos a un taxi, que demoró unos 15 minutos, y emprendimos el regreso a casa, tratando de llegar antes de las 3 de la mañana.

viernes, 10 de junio de 2011

La saga NHS (VI) - Pierde un turno

Seguimos al médico por un pasillo, junto con la otra pareja a la que también había llamado. Mientras caminabamos, el doctor ensayó un discurso de disculpas por la demora, que había sido tan larga por la noche movida. 

"En serio ? Si, ya nos dimos cuenta de eso" pensé, y también lo dije  en voz alta, en correcto inglés, porque venía un poco pasado de rosca. El médico, de ascendencia oriental, se sobresaltó un poco con la respuesta. Al final del pasillo, curva a la derecha y llegamos a la sala de urgencias. 

La sala es como otras salas de emergencias que tuvimos la mala suerte de conocer. Es un ambiente amplio, que por medio de cortinas se puede dividir y subdividir en varios sectores donde atienden a cada paciente. Con un mínimo de privacidad visual, pero no acústica. Habría unas 12 o 14 secciones útiles, o al menos estaban numeradas hasta ese valor. Sobre un costado, los escritorios que hacen de oficinas de recepción, cómo si fueran el puente de un barco.

Nos indica una fila de 4 sillas contra uno de los escritorios, donde hay un tipo sentado, y nos explica que estamos en la sección de urgencias graves. Como una excepción, porque los casos en realidad son leves, pero están sin gente en la sección correspondiente, y por eso va a ser más rápido que nos atiendan ahí. Qué por favor, esperemos en las sillas, que en breve nos van a llamar.

El cansancio y el fastidio hacen que nos miremos, y nos preguntemos mutuamente con Diana si habremos entendido bien. Básicamente, lo que nos dijo es que tenemos que seguir esperando, pero esta vez en otra sala. En fin, ya van 3 horas y media desde el tejazo, y el único avance real y tangible que tuvimos fue la cinta adhesiva del enfermero MalaOnda. Pero queremos creer que ya estamos ahi de terminar con todo, asi que nos sentamos y esperamos.

El doctor se da vuelta, se sienta en el "puente de comando" y empieza a cargar los datos de las carpetas de Diana y la otra mujer en la computadora. Cada tanto da un par de indicaciones, conversa con una rubia que parece ser la copiloto, y larga frases como "61 pacientes a la medianoche, qué locura!" o "podremos pedir que Cameron se quede un par de horas más, para atender porque...".

Un vistazo rápido de la sala dice mucho y el análisis con un poco de profundidad es desolador. Hay unos 6 consultorios ocupados en total con casos "graves" y en casi todos podemos ver a sus ocupantes.

En uno está el viejito de los pañales, de costado, en posición de me quiero dormir pero no me trajeron la bolsa de agua caliente ni el peluche, asi que no puedo. La soledad y la vejez son dos cosas terribles, sin duda.

En uno del fondo hay una chica joven, aunque con el pelo blanco, y bastante regordeta. Está sentada en la cama, sobre sus manos, con cara de indignación porque no la atienden. Porque no le dicen lo que quiere que le digan, en realidad. El doctor chino trató de hablar un par de veces con ella, pero la gorda no cedió en su encule, y siguió sentada en el mismo lugar. Tiene toda la pinta de ser miembro del club de fans de Ricky Martin, y toda la impresión de que todavía se niega a creer que es puto. Dejan pasar el tiempo, y mandan a otro médico, pediatra, que simula un par de chequeos que no la convencen, y sigue sin querer irse.

Van de a dos, y aunque no se llega a escuchar lo que le dicen, me imagino que debe ser un "andate gorda de mierda que no tenés nada que no se cure con una merma en la ingesta de postres, andate antes de que llamemos a los de seguridad, que como sos tan fea, te van a sacar, pero empujándote con un palo para no tocarte, y en la punta por las dudas van a poner un guante de latex". La gorda cede, pero exige que le den una nota para que el GP (médico de cabecera) le de bola. Le dan la papeleta, y se va, aunque amenazando "ya van a ver que tengo algo". Una negociación exitosa, que logró vaciar una camilla, aunque en realidad había otras vacias también, asi que parece una victoria pírrica.

En otra camilla, un poco más cubierto por cortinas, está acostado Tom Hanks, del que Heath Ledger motoneta no se despega de al lado salvo por escasos momentos, en los que le va a buscar agua. Le toca atenderlos a otro doctor chino, que no es el capitán del barco, y que se pone 3 pares de güantes de latex por las dudas. Me pregunto si el chango no tendrá sida avanzado, si no será esa la agonía, los empujones firmes y continuos hacia el abismo al que lleva el HIV. El motoquero no deja de pedir disculpas cada vez que viene a buscar agua (las jarras están en el escritorio detrás nuestro), y no para de decirle al médico que su amigo quiere estar bien, tranquilo, que lo que más quiere es irse a casa. Supongo que este sí es un caso grave, o al menos tiene el beneficio de la duda.

Hay otra cama ocupada con un señor mayor durmiendo. La verdad es que no se movió en todo el tiempo que estuvimos, que no fue poco. Pero estabamos en la sala de emergencias, no en la morgue. Y el tipo no estaba tapado, asi que no pude sacar mucho en limpio.

Tres camas más se ocuparon mientras esperabamos.

Una fue con una mujer, que entró caminando, consciente, acompañada, le pusieron suero, le hablaron un rato largo, y nada más. Cuando nos fuimos, seguía ahi.

Otra la ocupó el señor que ya estaba sentado  en la sala esperando cuando llegamos. Lo atendió el pediatra que tras dos minutos le dice que no tiene nada, que vaya a ver a su GP. El chango le responde que vio al GP hace dos días, y que no le dio bola. Rápido de reflejos, el doc juega la carta de "te hago una nota dedicada a tu médico de cabecera" y gana la mano con facilidad.

Por último, un morocho de etnia africana entró caminando y ocupó la cama donde estaba la gordita gruppie. El doctor chino habla con él, y cuando vuelve al puente de comando le pide a uno que vaya, le haga un electro, lo revise y lo mande a la casa, pero que no pierda mucho tiempo, que el tipo no tiene nada.

Ya llevabamos una hora de espera adentro de la sala de urgencias "graves", y a Diana la nariz se le había hinchado bastante, y le dolía. Sumado al cansancio y agobio de ver tanta ineficiencia e inoperancia. Se le escapan unos sollozos provocados tanto por el dolor como por la exasperación. 

El doctor-capitán-de-goleta-chino está sentado en su escritorio, levanta la vista y pregunta "Le duele? Le podemos dar algo si quiere". Cruzamos miradas con Diana, y cometo el error de responderle "si, pero más que nada es angustia por el tema de la espera". Claro, la espera, pero para eso parece que no tiene ningún medicamento.

A los 5 minutos me arrepiento, y le pido qué le puede dar "Seguro, no hay problema. Paracetamol, ya le traigo". Para que pregunté. Pienso que tengo que llamar sin falta a la Fundación Nobel, a ver si todavía estoy a tiempo de proponer a este tipo para el premio de Medicina de este año. Aunque seguramente está nominado.

Pienso que Diana tiene la nariz probablemente rota, y este salame le da una aspirina para calmarle el dolor. Pienso que a este capitán lo tapó el agua, y se le hundió el barco, con una sala de urgencias graves mitad vacia y mitad llena de hipocondríacos. Pienso que no es un problema de suministros, no es que tengan que atar nada con alambre. Pienso que realmente son muy boludos para complicarse tanto solos, y me doy máquina cada vez que entra alguien con una urgencia grave, caminando lo más bien por el pasillo.

Ah, Dr.House, qué lástima que te estés perdiendo todo este material. Seguramente Benny Hill se daba una vuelta por este hospital para inspirarse antes de escribir libretos. 

Pasaron las 2 de la mañana, y seguiamos sentados esperando. Cinco horas después del golpe, empezamos a perder algunas chavetas.

(to be continued...)

martes, 7 de junio de 2011

Hablemos de Friball

El viernes pasado fue Viernes de Friball. Versión jugamos de pedo, es decir, 4 vs. 4. Misma cancha, mismos arcos, misma pelota. Cambios reglamentarios menores, aunque para mejor: arquero volante, que equivale decir que se puede salir del area; los goles solo valen pasando tres cuartos de cancha, pero los delanteros siguen sin poder entrar al area.

Una hora de partido, suficiente para escribir una crónica. El equipo pecho verde, alias "Team J", perdió por 3 goles, en algo bastante parecido a un partido de fútbol. El "Team A" arrancó ganando cómodo, rifó una ventaja holgada, y ganó con un poco de amor propio.

Por qué eso del "Team J" ? Porque el nombre de todos sus integrantes empezaba con J (James, Johanne, José y Juán).

Por qué lo de pecho verde ? Porque les tocó jugar con las pecheras verdes, o "bibs". Hay un juego de "bibs" para que use un equipo, con el mismo espíritu de "cuero vs camiseta", pero con un poco más de producción, claro.

Por qué eso de "Team A" ? Simplemente porque los equipos suelen ser A y B. Ni por nivel, ni por nombres, ni nada.

Qué podemos decir de los participantes ?

James es inglés, debe andar por los 40, y juega a lo inglés. Es decir, tira la pelota para adelante y corre en línea recta hacia ella. Una forma de jugar clásica, pero clásica de rugby. Casi todos los ingleses juegan así.

Johanne es jamaiquino, y es un poco más técnico. Se caracteriza por pedir la pelota siempre, y no pasarla nunca. Eso se agudiza al cruzar la mitad de cancha. Debe tener algún ancestro común con el "Pipino" Cuevas.

José es gallego, y cómo buen gallego, es laburador. Corre un montón, y cubre
todas las carencias con la pelota con esfuerzo.

Juán, o Joan, es catalán. Casi siempre es patrón de equipo, y debe ser el primer hincha del Barcelona de credo Bilardista que conozco.

Rumit es indio, y se plantó en la cancha como 9 de área, aunque claro, no podía entrar por la reglamentación vigente. Cómo buen 9 de área, tiene el manejo mínimo e indispensable para agüantar la pelota, girar y hacer el gol. Para este nivel, casi que lo podemos adjetivar de galáctico.

Brian tiene ascendencia asiática, y es el organizador-inventor de reglas. Trata de jugar al ras del piso y corre mucho. Siempre da la sensación de ir descontrolado, sin pisar el freno. Supongo que por eso ideó lo de jugar sin lateral ni corner.

Tom es inglés, y juega a lo inglés. En el primer partido que jugué, en un momento se sentó a descansar en medio del partido. No creo que haga falta agregar algo más.

Guilly al arco. A los que alguna vez jugaron al World Cup o al Microprose Soccer, sepan que hay un montón de gente en la vida real que solo sabe hacer goles entrando en diagonal. Y cómo los arcos son bajos, no hay chance de que pateen a otro lado que no sea al segundo palo, ya les agarré la mano.
Fue clave en el desarrollo del partido que solo había dos ingleses, con lo que la gente trataba de pasar la pelota, o al menos gambetear, en vez de ir para adelante y hacer fuerza. Veremos cómo sale el próximo.

La saga NHS (V) - There and back again

Entramos al consultorio, el enfermero (indio, excedido de peso) nos recibe con una sonrisa. Completa unos datos en la computadora, mientras nos dedica un "pasen, por favor cierren la puerta". Como buen mala onda, trata de causar una buena primera impresión, y empieza la consulta con un "A ver, contame por favor qué te pasó?".

Diana, un poco intimidada por los acontecimientos que vivimos en esa larga hora en la sala de espera, trata de ir directo al grano, para no hacerle peder tiempo al hombre. Empieza la respuesta con un tímido "creo que me rompí la nariz con un tejo jug... ".

Al enfermero mala onda le dura poco el buen humor, y rápidamente muta en enfermero cara de orto. Corta la explicación con un tajante "a ver, te pregunté qué te pasó, no que tenés. Eso es lo que vamos a tratar de ver, para eso estás acá". Diana se sobrepone, y continua con una versión condensada de la historia, la más rápida y simple posible, para evitar cualquier error que pueda causarse por el pasaje de idiomas.

Le pide ver la herida. La observa, y repite lo mismo que ya escuchamos varias veces. Nos dice que va a pasarle el tema a un especialista, que analizará si hace falta alguna clase de "enderezamiento" extra, luego pegarán la herida, y a casa a dormir. Nos asegura que justo en este hospital es una de las especialidades, que lo pueden hacer sin problemas hoy mismo si hace falta y no es algo muy serio. O algo asi, la verdad es que no yo no le prestaba mucha atención a lo que decía a esa altura de la charla, sino que estaba más atentos a sus movimientos: el gordo tenía toda la pinta de ser uno de esos que te pegan a tración, de puro garca nomás.

De lo que si estoy seguro es que estimó que, en como mucho una hora más, la debería atender el especialista. Quizás menos, pero era una noche muy movida, agregó.

Para justificar su oficina y su puesto, y de paso hacer gala de sus conocimientos de enfermería, le dijo a Diana que le iba a poner algo para que no le sangrara más la nariz. Ese algo resultó ser una gasa con un poco de cinta.

La verdad es que esperabamos un poco más. Salimos de la oficina 5 minutos después de haber entrado, y estabamos de vuelta en el mismo lugar. Cómo en el juego de la oca, vuelta a empezar, pero tras 2 horas y media tirando dados, contando la espera de la ambulancia. Eso si, ahora Diana ya no tenía la necesidad de tenerse la nariz, gracias a la cinta adhesiva. Un avance con sabor a poco, creo que es una buena expresión de nuestros sentimientos.

La hora y media siguiente la pasamos sentados en la sala de espera. Tomandole bronca al gordo mala onda mientras esperabamos que desde atrás de alguna puerta sonará algo parecido al nombre de Diana. El elenco de reparto había cambiado bastante desde nuestra llegada, y se seguía renovando.

En un momento ingresaron dos pibes, cargando a un tercero por los hombros. Ninguno pasaba los 18, creo. Lo sentaron justo enfrente nuestro, y se pusieron a ver, a tratar de descubrir cuáles eran los pasos a seguir. Fueron a la ventanilla y le dijeron tímidamente a la recepcionista, como quien no quiere la cosa, "ehh, mi amigo tiene la nariz rota". Nos miramos con Diana, y tuvimos que hacer un esfuerzo grande para no tentarnos. 

No, chiquito, decí la posta, a tu amigo lo cagaron a trompadas. Y tan amigo no debe ser, porque ustedes dos están impecables, podrían haber saltado a defenderlo, en vez de rajar para otro lado. Decí que tiene un pedo importante, que el alcohol lo tiene sedado contra el dolor, y que ahora no entiende nada. Pero si mañana le queda algún recuerdo de esta noche, les va a hacer un par de preguntas y van a tener que dar una buena explicación. Capáz zafan con haberlo traido, quién sabe.

Cada vez más seguido nos agarraba el raye de preguntarnos para qué mierda vinimos al hospital. Pero bueno, ya faltaba poco, y si habíamos llegado hasta ahi, un último esfuerzo, y a casa con todo solucionado.

Hay un indio sentado enfrente, 3 sillas a la izquierda de Johny Walker, que sigue mirando para adelante con su visión 2D y su cara inexpresiva. El indio tiene larga barba y usa elegante turbante violeta, con medalla y pluma. Está dormido, aburrido como todos los presentes por la espera. 

De repente, sin despertarse, bosteza. Estira los brazos, y se rasca la panza. Pero no alcanza a calmar el ardor. Asi que sin despertarse se levanta la remera, exhibiendo una panza enorme, peluda y desagradable, que sería la envidia de Moyano y seguramente ganaría todos los premios y las miradas en en el desfile del Festival de verano de la CGT en la Bristol. Se rasca de nuevo, con más fuerza y con ambas manos a la vez. No se si ronca, o si es el ruido del rasgar de las uñas lo que se escucha. Silencio, seguro que no.

Esta vez, la extravagancia del cuadro nos gana. Con Diana nos miramos, y no podemos cruzar una palabra sin reirnos de la escena. Ni Capusotto ni Casero podrían haber guionado un remate asi. El estado nos dura un par de minutos, los más alegres que pasamos en las últimas 3 horas sin duda alguna.

Cuando recuperamos la capacidad del habla, Diana me dice con un gesto cómplice: "cuántas cosas vas a poder escribir en el blog de todo esto!". Y tiene razón. Si hasta se que se va a poner aburrida la cosa, pero bueno, escribo por escribir, asi que no me importa.

A eso de las 12:30 se abre una puerta, y alguien menciona el nombre que estamos esperando escuchar, y otro más que no nos importa saber. Cruzamos la puerta, y lo seguimos por un pasillo.

(to be continued...)

lunes, 6 de junio de 2011

La saga NHS (IV) - Historias de lesiones mínimas

La sala de espera está llena. Tomamos asiento, y esperamos que llamen a Diana. El tipo de la ambulancia entra y habla con una de las 3 personas de la oficina de atención al público. Lo podemos ver, a través de las ventanillas. Levanta la cabeza, nos señala con la mirada, como aclarandole a su interlocutor que somos nosotros, la loca que se tiene una bola de papel en la nariz y el delirante que viene al hospital de mochilero y con un par de patas de rana en la mano. Al rato sale, se nos acerca y nos repite el cuento de que es una noche agitada, pero que nos van a llamar rápido. Nos dedica una sonrisa digna de un porteño de ley, coronada con un guiño de despedida, y se va.
El que nos va a llamar es un enfermero, el mismo que llamará a todos los demás de la sala, y que según sus problemas, los atenderá, examinará y derivará a otros doctores.

En un hospital público, del conurbano londinese, lleno de gente que puede considerarse londinense, pero dificilmente tiene aspecto de británica. Durante una noche "de locos" por la cantidad de gente, se pueden conocer muchas historias extrañas. Sobre todo si uno tiene tiempo al pedo, y se dedica a observar al resto, jugando a ser Sherlock Holmes.

- Sentado en un asiento, llama la atención un hombre que tranquilamente podría ser la versión india de Joe Pesci. Tiene la mano izquierda levantada, y la punta de los dedos mayor y anular apenas encintados, cómo si tuviera un corte. El brazo levantado contra viento y marea, en todos sus desplazamientos, confirma la sospecha. La indignación para ir a preguntarle un par de veces a enfermero cuándo lo van a atender, como si fuera el primo Vinny. Una historia desgarradora.

- Parado está un pibe joven, que no encuentra posición cómoda. Se tiene el brazo derecho un poco arriba del codo, cómo quien se tiene un algodón cuando le acaban de sacar sangre. Camina bien, no parece tener dificultades psicomotrices. Tampoco tiene cara de drogón que le pifió en el pinchazo, aunque tiene un aire a personaje de Trainspotting. Si es un traumatismo, o este pibe es descendiente de William Wallace, o es un marmota que se chocó el picaporte de una puerta (acá están normalmente a una altura promedio mayor que en Argentina). No creo que tenga sangre escocesa.

- Hay un viejo estacionado en una silla de ruedas, cerca de la puerta del consultorio. Apenas se mueve, está medio postrado. Pero cada vez que sale el enfermero para llamar a alguien, el viejo se despierta y le recuerda que está hace rato esperando, que necesita que lo atiendan, que lo cambien (lleva pañal), etc. El enfermero demuestra tener el tacto de Dr. House, y le dice que espere su turno, que ya le va a tocar. Al rato, le toca al viejo, y el enfermero sale resignado, sabiendo que va a tener que cambiarle los pañales. De bronca, supongo, no le calzará los limpios, sino que se los dejará a los pies de la silla. La gran duda es saber quién fue el tránfuga que trajo al viejo hasta ahi, para dejarlo librado a su suerte.

- Un momento complicado: entran dos tipos, uno que tiene pinta de andar en una Harley Davidson y laburar en la indutria pesada, y el otro que parece Tom Hanks en Philadelphia, que es el que viene mal. Van a la ventanilla de atención, después se sientan en un costado, después se mandan por un par de puertas, aparecen por otra y se vuelven a quedar a un costado. Al rato sale el enfermero, y el motoquero lo apura, que su amigo se siente mal. El enfermero trata de ensayar su papel de duro, pero se choca con una gran interpretación de su rival, al que le salen las frases como si fuera El Padrino. Suelta un "Tranquilo, solo le estoy pidiendo atención para mi amigo, que está tirado" y al voltear la vista, resulta que su amigo efectivamente está tirado en el piso, acostado en realidad, en lo que parece una posición cómoda, sin dolor. Simultaneamente, empiezan a aparecer un par de ursos con pecheras amarillo fluo, que tienen estampado el "Security" en rojo. El motoquero cambia el tono mafioso, y la cosa encara para el lado de Secretos de la Montaña. La discusión baja un par de decibeles, le ofrecen agua para que tome el amigo, y que sigan esperando. Durante el resto de la noche, lo volveremos a ver varias veces, siempre buscando un poco de agua y dirigiendole conmovedoras palabras de aliento a su convalesciente media naranja.

El resto, nada. Charlando tranquilos los que esperan en grupo, leyendo los que llegaron solos. Pero ni con mucha imaginación uno puede tener una idea de qué tienen, si es que tienen algo. Incluso en algunos casos que llegamos a escuchar que declaraban en la oficina, la información era inverosimil. Cómo el caso de un señor que se decía tener un esguince en un dedo de la mano, y pasó toda la espera leyendo un diario, pasando páginas con total naturalidad.

Apenas una mujer, con cara de gastroenterocolitis, o por lo menos con gestos de dolor evidente. Después, 20 o 30 personas, con nula capacidad autodidacta y sin sentido de la urgencia, que por las dudas decidieron ir al médico. Y como el médico estaba cerrado, se mandaron a la guardia del hospital.

En algún punto intermedio entre las 22 y las 23, el enfermero mala onda llamó a "Ri Ana", y pudimos conocer el interior del consultorio.

(to be continued...)

sábado, 4 de junio de 2011

La saga NHS (III) - Hitchin' a ride

Dos tipos se bajaron de la ambulancia. Tenían más pinta de gendarmes que de médicos, aunque es probable que sea por el estilo y el color del uniforme. Cruzan unas palabras con el supervisor del complejo, que los estaba esperando en el estacionamiento.

Entran por la puerta de emergencia que da a la pileta, donde está sentada Diana. Hay uno que parece el lider y tiene pinta de extra de serie yankee de TV. Con tranquilidad, empieza con la secuencia de preguntas esperadas: "a ver, contame qué pasó?", "Cómo fue?", "Cuándo fue esto?", "Perdiste la consciencia en algún momento, te sentís o sentiste mareada?", etc. Diana le va contestando, él va alternando caras de "ah, mirá vos", "qué macana", etc. Le pide ver la herida.

El corte ya no sangra mucho. La nariz todavía no está hinchada, pero se notan ciertas líneas no tan rectas cómo deberían. El hombre labura en emergencias, en una ambulancia. Esto seguro no debe ser lo más grave que haya visto, y seguramente el morbo lo perdió hace rato. Lo mira al manager del complejo, pone cara de "esto tendría que verlo alguien que entienda del tema", la vuelve a mirar a Diana, y dice en palabras lo que expresaba con su mirada: "Te lo tendrían que ver en el Hospital, porque tiene pinta de no estar del todo bien".

No nos animamos a contestarle qué justamente lo estabamos esperando a él para eso. Porque bueno, si para él es para pasar a la siguiente etapa, debe ser algo complicado, o al menos no muy sencillo. No para pegamento y nada más, como teníamos la esperanza.

Nos pregunta si tenemos auto. Le respondemos que no. La respuesta negativa lo sorprende, pero se sobrepone y nos dice "ok, no hay problema, los llevamos en la ambulancia entonces". Su sonrisa, en cambio, dice algo así como "qué macanudo que soy que hasta les hago la gauchada de llevarlos". 

Mientras nos subimos a la ambulancia, dudamos si hicimos bien en esperarlo. Se pone en marcha para el hospital de Ealing, y tampoco me animo a preguntarle porque ya que es tan macanudo, no nos lleva al hospital de Ashford, a 5 minutos de casa. A esa altura de la noche, todavía me esmeraba por mostrarme atento y políticamente correcto con la gente, a pesar del problema.

En el trayecto, nos comenta que es una noche muy movida en el hospital, porque hay bastante gente. Pero que va a tratar de hablar para que nos atiendan rápido, porque Diana ya lleva un rato largo esperando, y parece algo simple, que se puede resolver rápido. Siempre con su sonrisa de "que tipo copado que soy, por Dios".

Llegamos al hospital de Ealing a eso de las 22:20, y la sala de espera de A&E (Accidents and Emergencies) estaba llena.

(to be continued...)

viernes, 3 de junio de 2011

La saga NHS (II) - Primeros momentos después del Big Bang

De repente, la superficie de la pileta se llenó de cabezas. Cabezas enteras, es decir, con el agua al cuello. Normalmente eso se da cuando se para el juego por una falta. Si bien había una persona oficiando de árbitro, no había cobraba nada en casi toda la hora, raro que haya decidido empezar cuando faltaban 5 minutos. Además, tampoco era el centro de las miradas, algo habitual en los cobros, ya que todos quieren saber qué pasó, y cómo se reanudará el juego.

Esta vez, todas las miradas se van dirigiendo sucesivamente al lateral, dónde están ayudando a salir del agua a una persona. No es buen augurio. Salida de espaldas, para ubicarla acostada sobre el borde finlandés de la pileta. Mala señal. Mientras la van sacando, se saca con cuidado la luneta, con una sola mano, manteniendo la otra a la altura de la nariz. Peor. Se empieza a ver un flujo de sangre, lavada al principio, que va tomando color rojo con el correr del tiempo, a medida que el agua que se escurre del pelo va menguando. Ya no es señal, es alarma.

Diana acusa el impacto con holgura, sin gritos de dolor ni llantos histéricos. Acostada, sigue presionando la nariz con la mano, para tratar de contener el sangrado. Llego un poco tarde, porque tuve que nadar desde el area de relevos, y como la mayoría, tardé en darme cuenta de la severidad de la cosa. Rachel, una de las otras dos mujeres que estaban jugando, se desvive ayudándola y preguntándole si está bien. No fue la que hizo el tiro, pero es evidente que debe haber sido testigo privilegiado de la jugada, y le debe causar un poco de conmoción pensar que tranquilamente le podría haber pasado a ella.

La guardavidas se acerca con un rollo de papel, para tratar de contener el sangrado. Lleva güantes de latex, en previsible medida de seguridad. Tarda poco en llegar el supervisor, quién enseguida decide llamar a una ambulancia de forma preventiva. Supongo que lo hace porque es evidente que el corte es grande. Y también supongo que debe ser el procedimiento normal.

Con la situación mínimamente controlada, los que estaban en el agua tuvieron tiempo de jugar un gol más. Diana se fue al vestuario, Rachel le lleva el bolso con la ropa, y yo me voy a cambiar, llevandome todos los pertrechos de hockeysub.

No me terminé de cambiar cuando llega el resto de la gente, con el entrenamiento finalizado. Todos me preguntan cómo está y se muestran preocupados por el incidente. Estoy calzándome la campera, y escucho que el viejito-DT, que se estaba cambiando al lado mio, canta/tararea el estribillo de "Don't cry for me Argentina". Pienso si no me estará cargando, pero me doy cuenta que no, en realidad cómo buen angloparlante, debe ser el único audio que conoce que puede calzar con la emotividad y tristeza de la escena actual. Madonna, Alan Parker, Andrew Lloyd Weber y Evita, todos a la puta que los pario.

Salgo del vestuario, y termino de vuelta en el borde de otra pileta, dónde Diana está sentada, a la espera de la ambulancia. Está ahi porque es dónde hay otra puerta que da al estacionamiento, al qué en cualquier momento llegará la ambulancia. Rachel sigue haciendole el agüante, preguntando si está bien, si no le duele, si necesita algo, etc. Ya pasaron 20 minutos del Big Bang, y se tiene que ir. Nos deja su teléfono, para que la llamemos y le contemos cómo terminó la cosa. Nos dice también que si no que le avisemos a Alistair, que es el novio.  Después de volver a preguntar si está bien, se le escapa un "no lo puedo creer, si me hubiera pasado a mi estaria llorando histérica". Nos deja saludos, y se va.

La ambulancia que llamaron llega en cualquier momento, que resulta ser media hora más, cerca de las 22. Para ese entonces, ya le habíamos avisado a la niñera de Franco que estabamos demorados. La tuvimos que llamar varias veces porque no atendía el teléfono. El problema fue que la boluda no podía sacar su celular de atrás de un radiador, dónde lo había tirado el chanchis. Menos mal que le avisamos que no se lo preste para jugar.

Llega la ambulancia. Se bajan dos uniformados del NHS, y empiezan a hacer preguntas.

(to be continued...)

jueves, 2 de junio de 2011

La saga NHS (I) - El Génesis

El National Health Service (o Servicio de Salud Nacional) es el sistema de salud del Reino Unido. Es un sistema de salud pública, uno de los más grandes y antiguos del mundo.

Cuenta la leyenda (wikipedia, en realidad) que en tiempos de guerra (Mundial, segunda), un tal Beveridge creia que un sistema de salud pública era un servicio fundamental, y escribió un reporte acerca de ello. Se lo conoció como el "reporte Beveridge", y sus palabras llegaron a oidos de Greenwood. Este pensó "no es bueno que Beveridge esté solo", y con ese informe hizo presión para que el gabinete asignara a Beveridge a una comisión, y esta generó un White Paper. Ese White Paper fue heredado por Attlee, quién encomendó a Bevan, su secretario de salud, que creara un sistema de salud que reemplazara y unificara los prestadores privados, estatales y hasta de beneficencia que había a lo largo de toda la tierra del Reino Unido.

Los principios sobre los que habría de regirse serían 3: qué sea adecuado para las necesidades de cada habitante, que sea gratuito, y que se base en las necesidades clínicas, y no la capacidad de pago de cada paciente. También se proclamó que proveería servicio de atención de emergencia a todo el mundo, sin distinción de raza, sexo, credo o incluso de papeles inmigratorios.

Bevan decidió que todo el mundo debería ver, ante cualquier caso de enfermedad manifiesta o dolencia, a un General Practicant (simil médico de cabecera) que actuaría de cancerbero, de guardián de entrada al sistema, e indicaría el camino a los convalescientes hacia sus correctos diagnosticadores y sanadores.

Esto provocó la ira y el rechazo de la clase médica, ya que acotaba sus campos de acción, y sobre todo sus ganancias. Ante la encrucijada de qué hacer para sacar adelante el proyecto, Bevan optó por cooptar a los doctores, comprando sus voluntades con dinero e incorporándolos a la dirección del sistema.

De esa forma, el 5 de Julio de 1948 se realizó en el Trafford General Hospital de Manchester el acto de lanzamiento del NHS, sistema de salud que actualmente funciona en el Reino Unido. Orgulloso de su logro, Bevan no dudó en exclamar "Ahora tenemos el liderazgo moral del mundo".

Hockeysub en el far West (II)

La segunda parte de la saga hockeysub iba a ser el Domingo pasado, cuándo teníamos planeado ir a la pile de vuelta. Eso si, en una onda más relajada y familiar, ya que ibamos todos, incluido el chanchis, al que ibamos a cuidar entre rato y rato de agua. Pero Franco se pegó un resfrio de novela, pasó una noche terrible el sábado, tosiendo y diseminando mocos por todos lados. El Domingo amaneció nublado, asi que por motivos de fuerza mayor, decidimos suspender la pile.

El siguiente día de actividad era el miércoles, en la sesión "de los buenos". La niñera no podía, pero nos recomendó una suplente, que vino a cuidar a Franco, y salimos para la pileta. Llegamos y nos encontramos con que estaban nadando, con un poco más de ganas que la otra vez, y a diferencia de 7 días atrás, nos dijeron que no podíamos meternos porque estaban haciendo un entrenamiento hasta las 8, cuándo se armaba el partido.

Relajados, aprovechamos para estirar un poco, y a las 8 en punto al agua para hacer una entrada en calor, mientras que el resto seguía haciendo una parte física por 10, 15 minutos más. Empezaron a llegar algunos conocidos, que no entraban al agua, y aproveché para preguntarle a Alistair cómo era la onda, si era horario del club, si no, etc. Dio un par de vueltas para responder, con el latiguillo de que era un "día especial, de elite, por invitación", y al final me terminó contando que en realidad los que estaban nadando eran los que estaban entrenando para jugar el Campeonato de Portugal (el "mundial" de este año, aunque también me cuesta llamarlo asi, ya que desde 2007 hay un "mundial" por año, todo por pelotudeces políticas!).

Claro, por eso los equipos, el nivel y ritmo de juego, y sobre todo el viejito que regenteaba la cosa, que resultó ser el DT, o al menos parte del cuerpo técnico. Había jugadores de varios clubes, incluso de lugares más lejanos, que venían para entrenar. Aunque cómo hay un par de equipos bastante fuertes que están al norte, supongo que estos deben ser parte de un grupo de más de 12, que están peleando por un lugar en el plantel.

Asi sumamos una motivación a nuestra sed de revancha del miércoles pasado. Jugamos, pero de nuevo fue siempre ir desde atrás, costó bastante hacer pie en la cancha, aunque por momentos, podíamos marcar el ritmo. Creo que en gran parte era porque no estabamos muy organizados, con el cacique devenido en indio, nada de directivas ni feedback, cada uno al agua y a hacer lo que se pueda.

Sobre el final, a 5 minutos de las 21, Diana ligó un tejazo en la nariz bastante duro, "a lo Moche", que prácticamente suspende todo. No perdió el conocimiento, pero sangraba bastante, vino personal de la pileta, llamaron a la ambulancia, y empezó la verdadera odisea.

(To be continued...)