domingo, 12 de junio de 2011

La saga NHS (VII) - Algo es algo, peor es nada

Mirabamos, ya sin sorpresa, la situación que se repetía, y nos empezaba a parecer normal.

En un momento, a Diana se le escapa un lamento de porque no llamamos a Visa, por el seguro médico de viajero. Antes de salir, ella hizo el trámite por las dudas, más que nada por cualquier emergencia que pudiera pasar con Franco. La cobertura es por un mes, que todavía no se cumplió. Quiero llamar por teléfono, y mientras marco me voy saboreando la cara del doctor-capitán-chino cuando le diga que nos vamos a la mierda porque en otro lado encontramos gente menos ineficiente que él y su tripulación.

Pero todavía no habilité el celular para hacer llamadas internacionales, asi que no puedo llamar al número destino, que empieza con +5411. Puteo, maldigo, no en voz baja, aunque en castellano. No creo que haga diferencia, eso se entiende en cualquier idioma.

Hace su entrada a la sala el gordo MalaOnda, con un par de bandejas de delivery de McDonald's. Parece que el gordo encontró alguien que lo reemplace para hincar el diente, aunque también puede ser que haya dejado colgada la sala de espera repleta de gente. Viene con cara de fastidio, se sienta en una silla del puente de mando, y empieza a hacerle coros a los lamentos del doctor-capitán-de-velero-chino. Al "qué noche de locos, por Dios" del capitan se suma un "cómo nos cagan" del marinero.

Es mucho, demasiado ya. Empiezo a comentarle a Diana mis impresiones. Volumen "crescendo", en perfecto castellano. Sin repetir y sin soplar, todas las variantes que se me pueden ocurrir para expresar que creo que esta gente tiene una inteligencia por debajo de la media, incluso por debajo de uno y hasta dos desvios standard. Y que su capacidad de organización y eficiencia para el diagnóstico y tratamiento médico es inversamente proporcional a la capacidad de pago de Osias el osito, el que se compró un bazar completo de la calle Chacabuco.

El viejo que sufre de soledad larga un olor a meo importante, y sigue queriendo dormir. El motoquero sigue viniendo a cada rato a pedir disculpas y a buscar agua para su cowboy amigo. El enfermero MalaOnda sigue con las investigaciones de SuperSizeMe. Diana me mira, y me responde que quizás prender fuego todo no sea una idea tan buena cómo yo estoy pensando y expresando. Por lo menos por ahora.

De reojo, noto que el doctor-capitán-de-laser-chino está hablando con su coequiper, parados en el lugar más alejado del puente de comando, en voz baja. Y cada tanto, levantan la mirada, me observan, y siguen hablando.

Puede ser que los esté incomodando un poco. Si es así, me alegro, llevamos 5 horas y pico de incomodidad, la nariz de Diana sigue sangrando y no hay señas de cambios a corto plazo. Tan cansados y pasados de rosca que ni siquiera nos tomaríamoss la molestia de agregar hyperlinks a esta altura de la historia.

Pasan unos minutos más, y aparece un doctor nuevo, que llama a Diana. Nos lleva por una puerta a otra sala, de ahi a otro consultorio, mientras nos pide disculpas por la demora, que están con una noche muy movida.

Deja vu, creo que se le dice a estas cosas.

Entramos al consultorio y antes de cerrar la puerta, lo llaman del puente, el doctor-grumete-chino y la coequiper. Temo por la salud de ambos si llegan a patear el turno de vuelta para ver a otro hipocondríaco que tiene miedo que el cielo le caiga sobre su cabeza.

Hablan un par de minutos, y nos mandan al pediatra que escribe cartas para los GP. Repite las preguntas, le mira la nariz a Diana, y agrega un par de innovadores procedimientos que consisten en mirarle las fosas nasales con el típico aparato de pediatra.

Nos confirma que la nariz parece estar bien, al menos lo referente a la parte respiratoria. Qué la hinchazón puede significar quiebre, pero que en el hospital no suelen hacer rayos X por el tema, asi que van a proceder a pegar la herida, y que después el GP lo vea y decida. Le retrucamos que el gordo boludo colega suyo que nos atendió hace 3 horas nos dijo otra cosa, que si agüantamos hasta acá es para irnos con un problema menos, no con 2 más. Nos contesta que su colega evidentemente se equivocó, porque no es ese el tratamiento, pero que nos puede hacer una nota especial para el GP por el tema.

Pero ya lo vimos hacer el truco de magia dos veces, la ilusión ya no nos sorprende. Que peguen la nariz, que nos den el papel, y ya que está, que lo inviten a su colega a jugar hockeysub algún día, dónde lo vamos a estar esperando para romperle la nariz, algún dedo, que trague un poco de agua y de yapa, que largue algunos bifes.

Nos dice con una sonrisa que con lo gordo que está, no cree que el pobre se pueda hundir. Le garantizamos que va a poder, y que lo vamos a ayudar si hace falta.

Salimos del hospital, llamamos a un taxi, que demoró unos 15 minutos, y emprendimos el regreso a casa, tratando de llegar antes de las 3 de la mañana.

2 comentarios:

  1. Y como esta la nariz ahora ?? Espero que mejor !! Pobre Franco, extrañanado a sus padres !!!

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  2. Acordate que mi cuñado, el marido de mi hermana que viven en Glasgow, es médico (cardiocirujano) Paso el dato por cualquier consulta medica o de tramites. Abrazo !

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