sábado, 4 de junio de 2011

La saga NHS (III) - Hitchin' a ride

Dos tipos se bajaron de la ambulancia. Tenían más pinta de gendarmes que de médicos, aunque es probable que sea por el estilo y el color del uniforme. Cruzan unas palabras con el supervisor del complejo, que los estaba esperando en el estacionamiento.

Entran por la puerta de emergencia que da a la pileta, donde está sentada Diana. Hay uno que parece el lider y tiene pinta de extra de serie yankee de TV. Con tranquilidad, empieza con la secuencia de preguntas esperadas: "a ver, contame qué pasó?", "Cómo fue?", "Cuándo fue esto?", "Perdiste la consciencia en algún momento, te sentís o sentiste mareada?", etc. Diana le va contestando, él va alternando caras de "ah, mirá vos", "qué macana", etc. Le pide ver la herida.

El corte ya no sangra mucho. La nariz todavía no está hinchada, pero se notan ciertas líneas no tan rectas cómo deberían. El hombre labura en emergencias, en una ambulancia. Esto seguro no debe ser lo más grave que haya visto, y seguramente el morbo lo perdió hace rato. Lo mira al manager del complejo, pone cara de "esto tendría que verlo alguien que entienda del tema", la vuelve a mirar a Diana, y dice en palabras lo que expresaba con su mirada: "Te lo tendrían que ver en el Hospital, porque tiene pinta de no estar del todo bien".

No nos animamos a contestarle qué justamente lo estabamos esperando a él para eso. Porque bueno, si para él es para pasar a la siguiente etapa, debe ser algo complicado, o al menos no muy sencillo. No para pegamento y nada más, como teníamos la esperanza.

Nos pregunta si tenemos auto. Le respondemos que no. La respuesta negativa lo sorprende, pero se sobrepone y nos dice "ok, no hay problema, los llevamos en la ambulancia entonces". Su sonrisa, en cambio, dice algo así como "qué macanudo que soy que hasta les hago la gauchada de llevarlos". 

Mientras nos subimos a la ambulancia, dudamos si hicimos bien en esperarlo. Se pone en marcha para el hospital de Ealing, y tampoco me animo a preguntarle porque ya que es tan macanudo, no nos lleva al hospital de Ashford, a 5 minutos de casa. A esa altura de la noche, todavía me esmeraba por mostrarme atento y políticamente correcto con la gente, a pesar del problema.

En el trayecto, nos comenta que es una noche muy movida en el hospital, porque hay bastante gente. Pero que va a tratar de hablar para que nos atiendan rápido, porque Diana ya lleva un rato largo esperando, y parece algo simple, que se puede resolver rápido. Siempre con su sonrisa de "que tipo copado que soy, por Dios".

Llegamos al hospital de Ealing a eso de las 22:20, y la sala de espera de A&E (Accidents and Emergencies) estaba llena.

(to be continued...)

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