sábado, 28 de mayo de 2011

Anécdotas de visitas (I)

La semana pasada tuvimos la visita de Cristan, primo posta de Diana por el lado paterno. Fue el segundo visitante que tuvimos en el Reino Unido, ya que el primero vino de la mano de Franco, que se trajo al abuelito Omar.

Fue también raro recibirlo, ya que es de Chivilcoy y nunca nos fue a visitar a Buenos Aires. De hecho, no se si no es la primera vez que viaja fuera de Argentina. Es seguro la primera vez que anda por Europa, y venía armando el viaje mucho antes de que nosotros decidieramos venirnos a instalar acá. Pero la feliz coincidencia fue una buena experiencia, ya que pudimos darnos el gusto de que conozca nuestro hogar (aunque temporal, sigue siendo nuestro hogar). Y le dimos, o tratamos de darle una mano con qué hacer, qué recorrer, cómo, etc. Siempre dentro de las limitaciones de conocimiento, ya que llevamos poco tiempo y en realidad, todavía nos estamos asentando.

Cómo viajaba solo, y el itinerario lo iba armando estilo mochilero, le ibamos siguiendo el rastro por mail, y nos enteramos que llegaba el 16 de Mayo, al aeropuerto de Luton. Si bien el aeropuerto principal de Londres es el de Heathrow, que nos queda a 10 minutos, hay otros 4 más en el área metropolitana, totalizando 5 que tienen status de aeropuerto internacional. Luton es uno de esos 5, y junto con Gatwick y Stansted son los principales destinos de los vuelos Low Cost desde/hacia el resto de Europa. (El aeropuerto restante es London City Airport, y es para vuelos privados)

Por razones geográficas, le habíamos recomendado que tratara de volar a Heathrow, y si no conseguía buen precio, algo esperable, ya que ahi operan en su mayoría aerolineas comerciales grandes, que tratara de aterrizar en Gatwick. Cómo queda al sur de Londres, es relativamente sencilla la conexión de tren para llegar a Staines, ya que requiere un único transbordo en Clapham Junction. Luton, al estar al norte, requiere más transbordos, que pueden incluir pasar de tren a subte o bondi, dependiendo de la ruta. Pero el tiempo y el dinero suelen mandar, y podría haber sido peor si hubiera llegado a Stansted, que está más al norte, y al este.

Su vuelo llegaba alrededor de las 18:30 de un lunes. Se nos ocurrió que en vez de darle un itinerario complicado, para que hiciera solo, en un país que no conoce, en otro idioma (aunque uno maneje bien el inglés, las primeras horas suelen ser un poco duras), quizás era mejor idea que se tomara un tren al centro de la ciudad, y nosotros irnos hasta allá a esperarlo. De paso, paseabamos un rato, conocíamos el centro por la noche, él también se ubicaba un poco para los días siguientes, etc.

Vimos que un punto de encuentro interesante era London Blackfriars, ya que se puede llegar a esta estación de tren desde Luton sin hacer ningún transbordo, estaba a unos 20 minutos de caminata de London Waterloo (cabecera donde llegan y salen los trenes de Staines), y era un lindo paseo inicial, por el rio, de noche, etc.
Le pasamos los datos de cómo llegar por mail y pactamos la hora de encuentro alrededor de las 20:00, estimación en base a su viaje en tren y sus trámites de migraciones.

Todo claro, todo arreglado, cómo la lógica indica, el primero que llega espera al otro. Haciendo un par de clicks más, nos enteramos que uno de los programas de obras por los Juegos Olímpicos del año que viene incluye la remodelación total de la estación London Blackfriars, que va a estar cerrada varios meses. Al final resultó que era solo la de Underground, no la de trenes. Pero por las dudas, que cada uno pregunte, y si está cerrada, el punto de encuentro es en City Thameslink, un par de cuadras al norte.

Ahora si, todo listo, todo arreglado, nos vemos a la noche, saludos, y buen viaje. Acordate de cambiar algunas libras, porque acá no te aceptan euros, y tené a mano el número de nuestro celular, cualquier cosa llamás.

Primer inconveniente, llegamos unos 10 minutos tarde. Segundo inconveniente, la via está elevada, a altura similar a la Autopista 25 de Mayo, y Franco está dormido en su carrito, pero las escaleras no son mecánicas. Tercer inconveniente, está fresco.

Decidimos que Diana espere con Franco abajo, mientras yo subo de una corrida, seguro Cristian ya llegó y está esperandonos en la estación. En el hall de la misma no está, y la estación está abierta, pero también en obras. Sigo pasillos hasta el andén, y tampoco lo veo. Hay un cartel que indica que en los próximos 5 minutos pasan 2 trenes, pero de ninguno se baja el primo, que debe llegar en alguno de los anunciados para los próximos 15 minutos.

Vuelvo a buscar a Diana, preguntamos y subimos por unas rampas que están en otro edificio, pero llegamos al andén antes del siguiente tren, aunque con Franco despierto, y con un poco de frio. Esperamos en el andén un rato largo, pasan los trenes, pero de ninguno se baja Cristian. Es más, de algunos ni suquiera se baja gente.

A las 20:45 nos empezamos a preocupar un poco, a las 21:00 la cosa va en serio, y a las 21:15 tras varios trenes que pasaron sin novedades, ya estamos un poco locos. Revisamos el celular, pero no hay llamadas perdidas ni mensajes de ningún tipo. También empezamos a dudar de si le habrán indicado bien sobre el estado de la estación, y no estará sentado hace más de una hora en City Thameslink, tan cagado de frio como nosotros. También dudamos de si le habrán indicado bien, pero habrá entendido mal.

El cartel indica que el próximo tren pasa 21:35. Veinte minutos más, sentados, chupando frio ? No, cambio de planes y  "a tomar por culo", cómo diría Torrente. Encaramos a la carrera al segundo punto de encuentro, seguros de que nos está esperando ahi.

City Thameslink no está elevada, sino enterrada, pero el problema de las escaleras sigue igual. Repetimos la táctica, y bajo al andén. Que es eterno, algo maravilloso para alguien con miopia y astigmatismo como yo, asi que tengo que caminar bastante hasta poder estar seguro de que tampoco está ahi. En el interín, el cartel indica que el tren de las 21:32 está entrando a la estación. Es el mismo que llegará 21:35 a London Blackfriars.

"Ahora si que la cagamos", pienso, porque es probable que no espere encontrarnos acá, y sí en la próxima estación. Hago el intento desesperado a tratar de encontrarlo sentado en el tren. Desesperado porque debido a mi escasa agudeza visual, ya me pareció verlo en 5 trenes en Blackfriars, y porque si lo llego a ver a la pasada en el largo tren, tengo que resolver el tema de avisarle y que se levante a tiempo para bajar.

Pero bueno, tengo suerte. En la ventana de uno de los vagones lo veo pasar, apoyado totalmente sobre el vidrio, brazos levantados y cara y mirada de desesperación, que se transforma en alegría cuando me ve (supongo que la misma transformación habré sufrido yo, pero no podía verme a mi mismo). Abrazados y cagándonos de risa subimos las escaleras para encontrarnos con Diana, que no entiende mucho la situación.

Nos enteramos que el primo no lleva tan bien el inglés como pensabamos, y que se le complicó con "un negro en migraciones que no me entendía, que tampoco hablaba espeñol, que no me dejaba pasar!". Qué le pedía la dirección dónde se iba a quedar, pero la tenía en el hotmail, en la compu, y que tampoco tenía internet. Qué se quizo mandar en la cola de pasaportes europeos, a ver si pasaba, dónde también lo rebotaron, pero por lo menos la mujer hablaba español, y le explicó. Qué no sabía bien cómo, pero a la tercera vez, al final el negro lo dejó pasar. Qué después tuvo un problema similar para sacar el boleto del tren, que lo quiso ayudar otra mina pero que tampoco entendía nada. Qué no le aceptaban los euros. Qué casi se baja mucho antes, de pedo le preguntó a otro pasajero que (cree que) le dijo que no, que faltaba. Qué la gente era re dada para ayudar y orientarlo, pero que no les entendía nada.

En fin, nos reimos bastante de la historia, de los tonos del "yo le decía.. y no me entendía.. y no entendía qué me decía..". También nos imaginamos lo gracioso de la escena de los reintentos, todo en un marco de control feroz de la inmigración ilegal y de la paranoia terrorista.


Caminamos un poco, menos de lo previsto por el retraso y el fresco, pero alcanzó para una postal en el Blackfriars bridge. Después Cristian se acomodó un poco mejor, y los últimos días iba y venía en tren solo, caminó Londres de lo lindo, y disfrutó la estadía, sin mayores problemas.

De todos modos, tomamos nota para las futuras visitas. Lleven los datos de casa y el celular anotados en un papel, porque en migraciones no hay wifi.

2 comentarios:

  1. Seee, es cierto ! ahora en Europa estan tan duros hasta con los que tienen el pasaporte europeo ! hay que tener todos los datos a mano ! A mi hermana, con pasaporte danés, le revisaron la comida del bebé !!! Se puede creer ??? Encima con lo que nos extrañana, ya se queria volver la pobre, ja !!

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  2. jajaja Seba, excelente relato !!. No pudiste ser mas exacto y gráfico en la descripción de los hechos, me hiciste regresar mentalmente a aquella noche del 16-5.
    Les agradezco enormemente por todo ! Realmente disfruté muchísimo mi estadía en Londres en familia !!!!!!. Un abrazo , Cristian

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